Si sufres de dolor, ya sea por una lesión o una enfermedad crónica, es posible que pienses que ejercitarte solo lo empeorará. Sin embargo, algunos ejercicios pueden contribuir a reducir el dolor o facilitar su manejo. Independientemente de que preguntarle a tu doctor si puedes hacer alguna actividad física sea importante, el ejercicio es la mejor opción para aliviar o disminuir el dolor.

No obstante, el que el ejercicio pueda ser bueno para combatir este problema no significa que todas sus variantes sean adecuadas. Debes elegir un tipo que no fuerce demasiado el cuerpo y que no demanden mucha energía o, de lo contrario, podrías causar aún más dolor.

A continuación, te recomendamos algunos tipos de ejercicio que podrían serte útiles para combatir el dolor, sobre todo si los practicas con regularidad.

Estiramientos

Uno de los ejercicios más sencillos para este fin son los estiramientos. Iniciar y terminar el día con una sesión de estiramientos ligeros puede activar los músculos y articulaciones para liberar la tensión que puede detonar o empeorar el dolor. En otras palabras, debes estirar con cuidado las zonas del cuerpo que presentan problemas, así como el resto del cuerpo.

No necesitas forzarte demasiado cuando se trata de estiramientos, pero notarás que, entre más lo hagas, mayor flexibilidad tendrás. Tu rango de movimiento se ampliará y tus músculos se sentirán mucho menos tensos.

Asimismo, es importante que te estires después de hacer cualquier tipo de ejercicio por muy ligero que sea, ya que tus músculos se enfriarán de forma segura. Suma sesiones de estiramientos a tu día tanto como sea necesario, pero no olvides las de la mañana y las noches.

Caminar

Con solo poner un pie frente al otro puedes estirar los músculos y disminuir el dolor de articulaciones. Caminar es sencillo, puesto que puedes establecer un ritmo con el que te sientas cómodo y que puedas mantener.

Aunque algunos especialistas recomiendan dar por lo menos 10,000 pasos al día, necesitas llegar a este número poco a poco, porque intentarlo desde un principio puede causar más dolor y cansancio, sobre todo si ya sufrías molestias previamente. En lugar de eso, camina durante el tiempo que puedas y toma descansos si los necesitas.

De esta forma, ganarás resistencia paulatinamente y fortalecerás tus músculos, además de que liberarás tensión de tus articulaciones. Notarás que, con el tiempo, podrás caminar más sin tanto dolor.

Nadar

Una excelente actividad física de bajo impacto para calmar el dolor es la natación. El agua ofrece resistencia a tus músculos sin que sea demasiada, lo que ayuda a fortalecerlos y, al mismo tiempo, mejora la salud de las articulaciones. Te sentirás más relajado cuando estés en el agua, lo cual también es importante para reducir el dolor.

Como sucede con caminar, la clave es progresar poco a poco el nivel de ejercicio y no excederte o causar más dolor. Toma descansos cada cierto tiempo y encuentra los movimientos de natación que se ajusten a tus necesidades.

Si te das cuenta de que nadar no te está ayudando tanto como esperabas, intenta otras actividades acuáticas, como trotar en el agua o aerobics. Solo asegúrate de ir a un paso adecuado y realizar estiramientos luego de cada sesión.

Yoga

El yoga es un ejercicio excelente para aliviar el dolor, ya que, al practicarlo, estiras todo el cuerpo y adquieres más consciencia de cada una de sus partes. Esto significa que puedes señalar más fácilmente la fuente del dolor para trabajar más con esa área en específico.

Cuando sientes dolor, podrías tener problemas con la coordinación, el equilibrio y la postura. Además de estirar los músculos y mejorar la flexibilidad, el yoga sirve para este padecimiento porque pones más atención a tu cuerpo.

Asimismo, la meditación y los ejercicios de respiración que implica el yoga te ayudan a relajarte más profundamente, lo que puede ser positivo para ti si sufres de dolores musculares o de articulaciones, puesto que tu cuerpo se relaja al practicar esta disciplina.

El tai chi ofrece resultados similares, en caso de que busques un ejercicio aún más ligero.

Pesas

Levantar pesas no significa que debes empezar haciendo barras o esforzándote demasiado. Es fácil ganar más fuerza y resistencia con tan solo levantar un kilo o menos e ir despacio para no causar torceduras.

Trabajar en tu fuerza muscular mejorará tus movimientos y pondrá menos carga en tus articulaciones, lo cual, en conjunto, puede reducir el dolor. Con realizar algunos ejercicios de pesas con los que trabajes zonas estratégicas como brazos, piernas, pecho, abdomen, espalda y hombros unas cuántas veces a la semana notarás una gran diferencia.

Solo asegúrate de hacer tres series de repeticiones tolerables y asigna días de descanso. Cuando estés más acostumbrado a tu entrenamiento con pesas, puedes hacer más repeticiones hasta alcanzar 15 por cada serie y luego aumentar el peso. Haz esto constantemente y pronto comenzarás a ver mejoras.