Para muchas personas que deben equilibrar su vida laboral con la personal, la hora de la cena es la única oportunidad que tienen para reunirse y comer con su pareja o familia. No obstante, debido a que es al final de un día ajetreado, algunas personas pueden estresarse por qué preparar, especialmente si tratan de incluir en su cena muchas verduras.

Recetas saludables

El elemento más importante que recordar es planear de antemano y saber lo que vas a comer cada noche de la semana laboral, lo que reducirá tus gastos y probablemente hará que comas algo nutritivo en lugar de agarrar lo primero que veas, lo cual no es lo más lo saludable.

¿Cómo asegurarse de que la cena contenga todos los elementos necesarios? Estas recomendaciones básicas te ayudarán a comer platillos deliciosos, apetitosos y nutritivos.

 Usa tu olla de lenta cocción

Los estofados y guisados son una manera fantástica de obtener las cantidades correctas de verduras en tu dieta. También son una solución brillante para las personas que trabajan tiempo completo y se les dificulta encontrar el momento para preparar platillos nutritivos y equilibrados una vez que llegan a casa.

Para las personas que les encantan los sabores, los guisados no necesitan ser insípidos, ya que puedes personalizarlos para que le agraden a tu paladar. Para darle un toque español, trata de sazonar un poco de cerdo, cocínalo con algunas cebollas y albóndigas de carne en una sartén. Una vez que se hayan dorado, añade ajo y pimiento hasta que se sofrien, luego, añade dos latas de tomates en trozos. Añade un poco de alubias blancas y azúcar para darle un toque dulce, de esta manera, tendrás un platillo perfectamente equilibrado. Luego, puedes vaciarlo en una olla de lenta cocción y dejarlo ahí hasta que llegues a casa.

Simplemente prepara cantidades grandes de este platillo, o de cualquier guisado, y deja las sobras en tu refrigerador para tener una comida rápida y fácil.

Sustituye de manera inteligente

Sustituir la comida poco saludable por alimentos nutritivos puede ser una manera sencilla de preparar los mismos platillos pero con mucho más beneficios para ti y tu organismo. Una elección obvia es cambiar los carbohidratos blancos por opciones integrales. Desde pan hasta pasta, incluso arroz, realizar un simple cambio puede mejorar significativamente tu dieta.

Si buscas añadir más verduras a tu dieta, puedes sustituir tus carbohidratos por verduras. Por ejemplo, en vez de arroz, puedes comer coliflor picada o sustituir espagueti por tiras de calabaza. Esto puede mejorar instantáneamente la nutrición de tus platillos y evitará que tengas marea alcalina (coloquialmente conocida como mal del puerco) inmediatamente después de la cena.

Para los carnívoros, podrías remplazar la carne roja por pollo o pavo. Incluso trata de evitar completamente la carne un par de veces a la semana.