Si intentas alcanzar un buen estado físico y mejorar tu salud, solo aumentar la frecuencia en la que vas al gimnasio no será suficiente. Debes hacer cambios en tu estilo de vida que superan la frecuencia en la que haces ejercicio, si realmente deseas obtener resultados y mantenerlos a largo plazo.

Lamentablemente, hay varias maneras en las que puedes deshacer el trabajo arduo u obstaculizar la obtención de los resultados que deseas. Comprender aquello que puede dificultar alcanzar el estado físico que deseas es el primer paso para evitar los errores que te pueden retrasar.

No solo debes fijar metas relacionadas con tu estado físico, sino que también necesitas comprender cuántas decisiones cotidianas tomas que pueden ser contraproducentes para ese fin. A continuación, presentamos 5 formas en las que puedes sabotear tus planes para ponerte en forma:

No ser realista

Cualquier meta que fijes debe ser realista. Lo contrario podría causar frustración al no obtener resultados rápidos. No existe una forma expedita para mejorar tu salud, ponerte en forma o bajar de peso, por lo que no deberías comenzar con la expectativa de lograr cambios de la noche a la mañana.

Extiende tus metas y empieza con pequeños pasos. Tendrás más probabilidades de lograrlo, lo que te mantendrá motivado. Si deseas bajar de peso, fija una meta que sea sana y práctica, como una o dos libras por semana. De la misma forma, si deseas hacer más ejercicio, céntrate en la persistencia mediante el aumento gradual del tiempo cada semana.

De esta forma descubrirás que probablemente comenzarás a alcanzar tus objetivos antes de lo previsto, por lo que gradualmente podrás fijar metas cada vez más difíciles, pero realistas.

No contar con apoyo

Ponerse en forma por cuenta propia es muy complicado, por lo que el apoyo es fundamental. Esto no significa que debas ir al gimnasio acompañado todos los días, ya que eso no es efectivo para todos. Sin embargo, sí necesitas un sistema de apoyo que te mantenga motivado y celebre las victorias contigo.

Si haces una dieta, asegúrate de que en casa se enteren y no te expongan a tentaciones que podrían provocar que te desvíes del rumbo. Lo que es aún mejor, involúcralos también para que sea más fácil comer juntos.

Puedes utilizar la aplicación de Well One para retar a tus amigos y hacer un seguimiento a tu progreso, lo que permite motivarse entre sí y compartir resultados.

No ser flexible

Apegarte a una rutina rígida que no facilita el cambio no es beneficioso para tu plan para ponerte en forma. Debes ser flexible a fin de reaccionar ante los retos que se puedan presentar, evitar el aburrimiento y no tirar la toalla poco a poco.

Comienza con una rutina fácil que te permita adoptar nuevos hábitos saludables y modifícala un poco a lo largo de la semana mediante la creación de un plan. Si algo sale mal y, por ejemplo, el mal clima evita que puedas ir en bicicleta o caminar hacia el trabajo, ten un plan B que asegure el ejercicio de todas formas.

También es una buena idea tener opciones sencillas para hacer ejercicio en la casa cuando suceden muchas cosas que evitan que vayas al gimnasio. De esta forma, te mantendrás activo y motivado.

Demasiados “días de trampa”

No es razonable renunciar a todos los caprichos de una sola vez. Esto no solo se puede tornar aburrido rápidamente, sino que también significa que es probable que la dieta no sea sostenible y regreses a los malos hábitos. Sin embargo, debes abordar con más inteligencia los caprichos y asegurarte de que mantienes una dieta sana y balanceada.

Evita la costumbre de hacer ejercicio con el objetivo de quemar las calorías extra que consumes, ya que esto evitará que obtengas resultados y terminarás justificando las decisiones que no son sanas. En su lugar, permite un capricho a la semana para que puedas seguir disfrutando de aquello que te gusta sin el sentimiento de culpa.

También es una buena idea encontrar alternativas sanas a las comidas que son irresistibles, lo que te permitirá darte gusto con más frecuencia, pero con menos calorías. Solo asegúrate de no hacer caso omiso a esas calorías ocultas que podrían deshacer lo que has logrado con trabajo arduo.

Falta de esfuerzo

Si deseas obtener cambios, debes esforzarte. Además, el esfuerzo debe ser constante. Comer sano un par de veces a la semana e ir al gimnasio de forma esporádica no permitirán que mejores tu estado físico; debes cambiar tus hábitos y poner atención plena a tus metas y a la forma en que las alcanzarás.

Esto supone hacer cambios a largo plazo y sostenibles a fin de mejorar el estado físico y que ese cambio se sostenga a través del tiempo. Si no estás motivado para hacer esto, no obtendrás resultados y será muy fácil que caigas en antiguos esquemas de pensamiento.

A pesar de que todos metemos la pata de vez en cuando, prepararse para esforzarse todos los días y corregir cualquier paso atrás es la mejor manera de alcanzar las metas para ponerse en forma, mejorar la salud y obtener los resultados que parecían imposibles.