El yoga ha sido, por mucho tiempo, un excelente ejercicio para el cuerpo, pero ¿sabías que también lo es para la mente? Así es: esa sensación de satisfacción que te deja una buena sesión no solo son las endorfinas producto del ejercicio, sino también el yoga por sí mismo, que hace que te sientas calmado, relajado y descansado.

Sin embargo, aunque esta actividad es ideal para algo tan sencillo como sentirse en calma después de un día lleno de estrés, tiene aplicaciones aún más profundas. De hecho, se sabe que el yoga tiene efectos positivos para las personas que sufren un trastorno de ansiedad o depresión e incluso problemas más complejos, como trastorno por estrés postraumático.

Todos pueden beneficiarse de apartar un poco de tiempo para enfocarse en su salud mental, y esta disciplina es excelente para este fin. Estas son algunas de las formas de lograrlo, con posturas y estiramientos que te tranquilizarán y te harán sentir bien, por dentro y por fuera.

Yoga para el estrés

En primer lugar, repasemos algunas de las posturas que puedes hacer para que te sientas más tranquilo en general y liberado del estrés. Si bien estas son las mejores opciones para aliviar este estado, es probable que cualquier tipo de yoga te haga sentir bien y más calmado, ya que te ayuda a respirar y a olvidarte de todas tus preocupaciones durante un rato, lo que te pone en un buen estado de ánimo.

La postura del niño es, probablemente, la mejor opción para empezar. Primero, colócate sobre las rodillas en el tapete y luego inclínate estirando los brazos hacia adelante y manteniendo las manos pegadas al suelo. Dobla todo tu tronco hasta que el estómago toque las rodillas y la frente toque el tapete. Puedes mantener los brazos estirados hacia adelante o colocarlos a los lados; lo que haga que te sientas más cómodo.

Otra buena postura es la de la pinza sentada. Siéntate sobre el tapete con las piernas estiradas y, poco a poco, inclina el tronco hacia enfrente a partir de la cintura; después, estira los brazos para alcanzar tus pies. Si tienes la suficiente flexibilidad, intenta tomarte de las plantas y colocar la frente entre las rodillas.

Una de las transiciones entre posturas más básicas del yoga es pasar del perro mirando hacia abajo al perro mirando hacia arriba, y también es un buen punto para empezar a practicar esta disciplina. Cambia entre estas posturas manteniendo cada una de ellas durante dos inhalaciones y dos exhalaciones. Este ejercicio te ayudará a concentrarte y a sacar el estrés del cuerpo.

Yoga para la ansiedad y la depresión

Si sufres de problemas mentales más graves, el yoga puede contribuir a aliviar algunos de los síntomas, a concentrarte y a tranquilizarte, con lo que le permitirá a tu mente salir de momentos de pánico o dejar de sentirse decaída.

Una buena opción es la postura del saludo hacia arriba —mantente de pie y derecho, estira los brazos hacia arriba y voltea a ver el techo— y la pinza de pie, en la que haces una flexión hacia adelante con el tronco pegado a las piernas y te tomas por la parte anterior de los talones, intentando mantener la cabeza sobre las rodillas. Repetir estos estiramientos es una buena manera de liberar la tensión que sientas y respirar con calma y control.

Otra postura útil es la del árbol. Mientras estás de pie, levanta la pierna derecha y coloca la planta del pie sobre el costado interior de tu rodilla izquierda. A continuación, apunta con esta misma rodilla hacia afuera. Cualquier postura en la que te tengas que mantener sobre una sola pierna te ayuda a concentrarte y tranquilizarte, debido a que tus pensamientos adquieren más orden.

La postura de mantenerte sobre la cabeza también es una buena alternativa, aunque debes tener cuidado al hacerla. Apóyate sobre una pared si no crees que puedas mantener el equilibrio. Cuando te pones de cabeza, la sangre fluye mejor por todo el cuerpo y tu corazón no necesita esforzarse tanto. Esta es una buena manera de bajar tu ritmo cardiaco y, así, tener tiempo para concentrarte en tu respiración.

¿Cómo funciona?

Podría parecer que el yoga es una técnica extraña para aliviar los síntomas de los trastornos psicológicos, pero los beneficios físicos que obtienes al practicarlo pueden hacer maravillas a nivel mental. Una de las razones por las que funciona es porque se enfoca en la respiración como un elemento clave, la cual es importante para lograr la calma cuando sufres un ataque de ansiedad o padeces depresión.

Asimismo, fomenta el uso del sistema nervioso parasimpático (PNS, por sus siglas en inglés) en lugar del sistema nervioso simpático (SNS, por sus siglas en inglés). El SNS es más activo y ayuda al cuerpo a manejar situaciones de crisis. Sin embargo, también puede provocar ansiedad, ya que está programado para generar una reacción “adrenérgica”.

Cuando se activa, la frecuencia cardiaca y la presión arterial aumentan, debido a que, en esencia, prepara al cuerpo para reaccionar ante amenazas físicas luchando o huyendo. Para las personas que tienen ansiedad, esta respuesta se puede activar cuando no hay ninguna amenaza y causar ataques de pánico.

Cuando practicas yoga, el control del cuerpo pasa del SNS al PNS, que también recibe el nombre de “sistema colinérgico” y que disminuye la frecuencia cardiaca, además de que dirige el flujo sanguíneo de los músculos al estómago y los intestinos. El cuerpo responde con este sistema nervioso cuando se siente seguro y activarlo puede ser de gran ayuda para quienes padecen ataques de ansiedad.