Muchas de las personas que han tratado de perder peso, o solo cuidan su dieta, habrán aprendido la importancia de controlar lo que contienen sus platillos. No obstante, esto es solo un elemento de comer saludable. Otro aspecto clave, que muchas personas no conocen, es el momento en que comes.

Las horas en las que comes pueden tener un efecto sorprendentemente significativo en tus esfuerzos para perder peso. Probablemente te cueste trabajo quemar gramos si estás comiendo muy tarde, o muy temprano, sin darte cuenta de que estás haciendo algo mal.

Por suerte, esto es algo que puede arreglarse con mínimo esfuerzo. Si sigues estos consejos, podrás recobrar el control de tu dieta, ¡y lo notarás en la báscula!

Desayuno

En primer lugar, no te brinques el desayuno. Incluso si sientes que no hay ningún problema al hacerlo, solo te llevará a que estés más hambriento más tarde durante el día. Además, si quieres funcionar correctamente, necesitarás nutrientes y energía que un poco de comida te brinda.

No obstante, es importante desayunar lo más temprano posible, idealmente dentro de la siguiente hora después de despertar. Te darás cuenta de que esto no solo te ayuda a sentirte más alerta, sino que también te sentirás menos hambriento a lo largo del día que si comieras después.

Esto parecerá extraño, pero un estudio reciente descubrió que consumir un desayuno alto en proteína antes de las 9:45 de la mañana estaba vinculado a una disminución del apetito y a un riesgo menor de ganar grasa corporal, comparado a comer tu primer platillo a las 10 de la mañana o más tarde.

 AlmuerzoAl igual que el desayuno, no debes dejar la hora de la comida para muy tarde. En este caso, el límite debe ser 3 pm, de acuerdo con un estudio del Boletín Internacional de la Obesidad. La investigación descubrió que, si consumes muchas calorías después de las 3 de la tarde, perderás, en promedio, 25 por ciento menos peso.

De hecho, quiere decir que no te beneficia comer poco y cenar mucho. Debes tratar de dividir tus comidas para que durante la noche no consumas más del 40 por ciento de tus calorías y, en su lugar, tener una comida sustanciosa y un desayuno aún más.

Si lo piensas, tiene mucho sentido. La mayoría de las personas son considerablemente más activas durante el día, cuando probablemente estén en el trabajo, que en la noche. Consume una comida sólida temprano en la tarde para que tengas un buen impulso de energía para disfrutar del tiempo en casa.

Cena

En el caso de tu último platillo del día, necesitarás programarlo a tu horario personal. No existe una hora particular que sirva como punto límite, pero debes tratar de comerlo tres horas antes de irte a dormir. Después de este punto, debes evitar cualquier bocadillo y bebidas llenas de calorías.

La comida nos brinda energía, y en la noche tu organismo simplemente no la necesita. Si comes muy tarde, una porción significativa de las calorías que consumes no se utilizará y termina convirtiéndose en grasa. Dejar de comer tres horas antes de ir a dormir es la mejor manera de evitarlo.

Algunos estudios sugieren que debemos evitar comer después de las 6 o 7 de la tarde, pero en esos casos, el aumento de peso pareció deberse a que los participantes comían un bocadillo después cenar y no a la hora en que realizaban su cena.